30/3/08

4ª EDICIÓN INTERNACIONAL “HOMENAJE DE LA SERRANÍA RONDEÑA A LOS 101 KMS. DE LA LEGIÓN”.

Ronda (Málaga), 30 de marzo de 2008. 4ª EDICIÓN INTERNACIONAL “HOMENAJE DE LA SERRANÍA RONDEÑA A LOS 101 KMS. DE LA LEGIÓN”.

MODALIDADES:
- Marcha 43 Km.
- Marcha 23 Km.
- MTB Cadetes 23 Km.
- MTB 73 Km.
- Duatlón.


Esta prueba que venía siendo en las 3 ediciones anteriores la antesala de los 101 Km. de Ronda a celebrar en la tan esperada fecha del mes de mayo ha ido creciendo hasta convertirse en una carrera con personalidad propia y que será sin duda referencia de muchas otras en cuanto a dureza del recorrido, procedimiento de inscripciones, control de dorsales, señalización, avituallamientos y atención a los corredores. Nuestro agradecimiento al Patronato Municipal de Deportes de Ronda y a Oscar Pajares por habernos permitido, una vez más, disfrutar de un inolvidable día.


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…Km. 50 de carrera, en el tándem va situado delante el Bombero Pretoriano…detrás Emilio García Rodríguez, ciclista invidente…
…Emilio percibe un silencio que interpreta como un momento de duda de su compañero quien tras haber sufrido 3 caídas y haber roto el freno trasero se plantea por primera vez en su vida la posibilidad de abandonar una carrera pensando en la seguridad de ambos…
…son segundos interminables para valorar el riesgo y tomar una decisión…el Bombero Pretoriano suelta la frase…”de los cobardes no se ha escrito nunca nada”…y Emilio contesta “vamos palante”…
Cuando uno cierra los ojos y se sube a un tándem para recorrer 73 Km. por montaña, quien nunca lo ha intentado piensa que el valor del ciclista invidente sólo es comparable al valor de su compañero, quien además asume una responsabilidad que sólo puede explicarse por la ilusión de superar el reto para que ambos alcancen una de las sensaciones más singulares que acontecieron ayer entre todos los que cruzaron la línea de meta.
…mientras alguien escucha la conversación que mantienen ambos en el viaje de vuelta en el autobús sobre las incidencias sufridas en la carrera, se da cuenta que sería imposible afrontar un reto como éste sin la total confianza mutua…y sin saber distinguir lo valiente de lo temerario…
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… OTRAS SECUENCIAS DE LA CARRERA…
- El encuentro en la salida con tantos cientouneros, ultrafondistas, junto a los amigos del Club Atletismo San Pablo de Sevilla de quienes muchos Pretorianos también son socios y comparten su afición favorita…
- Ver a Juani y a Mª Ángeles en lo más alto de la clasificación de la modalidad de 23 Km, fueron 1ª y 2ª, fue una alegría especial para Los Pretorianos quienes se sintieron muy orgullosos de ellas…les faltó Rosa quien no pudo participar…


- El abuelo Pretoriano, Oswald y Ángel Vidal disfrutaron también de la prueba de 23 Km, modalidad incluida por primera vez en esta edición.


- Hubo dos socios del equipo que se propusieron recorrer los 43 Km. de la carrera por primera vez con ese “pedazo de casco”…el tribuno Justo y Carlos Pagador pudieron comprobar que uno acaba olvidando que lo lleva puesto…


- Antes del km. 10 Manolo Ortega cede el estandarte a otro compañero y decide “hacer su carrera” buscando sus límites…entró en meta en 4h. 26m.

- En el km. 15 de carrera, en una pendiente cuesta abajo, se siente pasar a toda velocidad a Isidro Nicolás…el día anterior estuvo en la travesía de Almadén de la plata (60 Km.) y hace menos de dos semanas en la Transcanaria (115 Km.)…¿Cuál es el límite de Isidro?

- Km. 30…sorpresa…el grueso del grupo se encuentra a los padres de Sevi con una nevera llena de cervecita muy fría…Plum, “El niño”, Cayo, Justo, Sevi y Alfonso dan buena cuenta de 2 litronas…


- Km. 36…se produce el encuentro con Lutgardo, Sheilor y Juanjo quienes junto al grupo anterior cruzan la meta en formación “aciex dúplex” con el “niño” portando el estandarte…Carlos Pagador les estaba esperando mientras Potaje llegó unos minutos antes y Chema llevaba tiempo esperándoles para sacar imágenes y fotografías para encargarse del reportaje de la carrera.

- Por delante, Javi, Polo y Manolito Alcora disputaron la prueba “jugando a ver quien llegaba primero”… ¿Qué tal las agujetas del lunes?

- Francisco Luque y Luis Jiménez, buscaron su propia carrera “empapándose de la sierra de Ronda” y puede que empezaran a preguntarse… ¿por qué no también los 101?...

- Como a ellos les gusta…haciéndose esperar en meta y siempre juntos…Rafa Iza y Abencio llegaban a la Alameda …

- El resto de compañeros que viajaron con los Pretorianos en el autobús, Paco Morales, Antonio Rey, Anselmo y los amigos del Bombero también alcanzaron la meta sin novedad.



PERO… ¿DÓNDE ESTABA EL TÁNDEM?
El tiempo transcurrido hacía temer lo peor y cuando les vimos cruzar la meta corrimos a felicitarles…fueron los héroes del día…


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La secuencia final junto al autobús…botellín tras botellín “hasta 101 botellines”, bocadillos, comentarios de la carrera, sonrisas, anécdotas, buen ambiente…y el lunes al curro… ¡pero ahí queda eso!…

¡Salud e Ilusión!
José Luis Martín Pérez (dorsal 1103)
CLUB DE ULTRAFONDO PRETORIANOS DE TOMARES
pretorianosdetomares@gmail.com
http://pretorianos-de-tomares.blogspot.com

P.D. Agradecimientos para Paco Muñoz y los acompañantes que nos apoyaron durante el recorrido y recuerdos para Miguel Cano y Rosa Campos porque no pudieron acompañarnos.

25/3/08

UNA CRÓNICA SINGULAR - 25/03/08

La tarde discurría en Peabody, en el Condado de Essex, Massachussets, como cualquier otra tarde y nada parecía presagiar que pronto cambiaría el monótono transcurrir de las horas

Aquel humilde trozo de tela, aún no sabía lo que le esperaba.

Colocado en su rincón, se sentía un poco solo, el resto de telas, todas ellas de color rojo, no acostumbraban a hablarle, porque él era distinto, el era azul.

Llevaba algún tiempo en aquel taller, y no entendía por qué él era el único diferente, siempre veía que una persona acostumbraba a acercarse a donde ellos estaban perfectamente colocados juntos a tablillas, flecos, puntillas, algunas herramientas y unas extrañas planchas con unos símbolos aún más extraños y cogía algún rollo de tela roja, se la llevaba a otra parte de aquella casa y desaparecía, todos aquellos trozos de tela roja nunca habían vuelto a aparecer por el taller.

Veía como poco a poco los rollos de tela rojos, iban siendo cada vez más pequeños llegando incluso a desaparecer, para luego aparecer otros rollos nuevos, eso si, siempre rojos, que eran colocados con mucho cuidado junto a los demás.

Nuestro trozo de tela, pasaba la tarde pensando que hoy no sucedería nada especial, pero hoy se equivocaba, hoy sería un día diferente, hoy sería su gran día.

Un poco aburrido vio acercarse de nuevo al dueño del taller, y cuando ya pensaba que cogería como siempre alguno de los rollos rojos, vio como lo cogía a él, una invisible sonrisa se le dibujó en la cara, aunque al momento sintió una extraña sensación, la angustia de lo desconocido empezaba a apoderarse de él, y hasta ese momento no se había dado cuenta, de que fuera lo que fuera lo que le pasaba a esas telas que desaparecían, hoy le iba a tocar a él.

Al momento vio como el dueño del taller, lo medía con esmero y como cogía una cuchilla enorme e imaginó lo peor, pensó que su vida acabaría en aquel instante, cerró los ojos y sintió como la cuchilla lo separaba del rollo de tela, con sorpresa se dio cuenta de que no había sufrido ningún dolor, y notó que el resto de tela azul que aun quedaba en el rollo, parecía despedirse de él para siempre.

¡No ha sido tan malo como yo pensaba!, dijo para sí, pero al momento vio como una de aquellas enormes planchas con unas palabras extrañas y un signo aún más extraño se acercaba hacía él, así estuvo un buen rato, sin llegar a comprender que estaba sucediendo.

Después unos ligeros golpes y notó como unos palitos eran colocados en sus extremos.

Cuando aquello parecía haber terminado, el artesano lo miró satisfecho y notó como lo enrollaba y lo introducía en un tubo de plástico, como lo cerraba y precintaba. Sintió miedo.

Allí dentro permaneció durante bastante tiempo, notó como el tubo cambiaba de mano y era introducido dentro de algún artefacto y como se iba alejando del taller.

Sin saberlo llegó a Manchester y de allí a Philadelphia, allí sintió como salía de aquel artefacto y era introducido en otro aún mayor.

De pronto sintió una sensación extraña como si se estuviera alejando del suelo, pero no fue capaz de explicarla, de nuevo otra parada y unas voces en un idioma desconocido: “Guten nagen”, “Achtung, Schnell”, “Verlandung”. Él no lo sabía pero había llegado a Colonia.

De nuevo silencio, de nuevo esa sensación como si volara, y de nuevo otra parada y otro idioma desconocido. Había llegado a Madrid.

Otro viaje esta vez más corto, nuestro trozo de tela no lo sabía pero había llegado a Sevilla.

Cuando ya pensaba que este ir y venir nunca iba a terminar, una nueva parada, una corta charla y sintió como el cilindro donde el se encontraba aprisionado cambiaba de mano.

Notó como alguien con mucho cuidado rompía el precinto, quitaba la tapa, después de dos días y medio encerrado le costó un poco acostumbrarse a la luz, se dio cuenta de que estaba en un lugar diferente, de que estaba en una tierra donde el cielo era más azul y la luz tenía más alegría.

Cuando sus ojos se acostumbraron de nuevo a la luz, vio como la misma persona que lo había sacado del tubo, lo miraba satisfecho, vio como sonreía y el trozo de tela sintió una sensación extraña.

Al momento se dio cuenta que la persona que lo miraba hablaba un nuevo idioma, pero también comprobó que era capaz de comprender lo que decía, oyó una conversación, su libertador hablaba con alguien que debía encontrarse muy lejos, pues no era capaz de oír a la otra persona con la que hablaba.

¿José Luis?,
(silencio)
si, si, ya ha llegado
(silencio)
perfecto, y en plazo
(silencio)
¿esta tarde?
(silencio)
¿por mi casa?
(silencio)
cuando quieras

Luego la conversación terminó, y noto como su libertador, volvía a guardarlo en el tubo, pero ahora no sintió miedo, por primera vez, se dijo que él estaba allí para quedarse, y orgulloso se dio cuenta de que ya no era un simple trozo de tela azul, él ahora era… EL ESTANDARTE PRETORIANO.